El consumo de carnes en Argentina, uno de los pilares de la dieta nacional, atraviesa un momento de redefinición impulsado por factores económicos y cambios en los hábitos de los consumidores. En una entrevista reciente en Cátedra Avícola & Agropecuaria, el Dr. Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), destacó las complejidades actuales del mercado de carnes, incluyendo la redistribución en el consumo de proteínas y los ajustes por precio que afectan a toda la cadena productiva.
Ajuste por Precios y Cambios en el Consumo
El Dr. Urcía señaló que la crisis económica ha generado una caída en el consumo de carnes, no solo en la carne vacuna, tradicionalmente dominante en Argentina, sino también en el pollo y el cerdo. “El consumo de carne ajusta por precio”, comentó Urcía, y esta tendencia es especialmente notable en las últimas semanas del mes, cuando la reducción en el poder adquisitivo obliga a los consumidores a optar por alternativas más económicas. El pollo, que históricamente ha sido una de las proteínas más accesibles, ahora también muestra signos de retracción en las ventas, lo que revela la gravedad de la crisis económica.
Redistribución del Consumo de Proteínas
Uno de los cambios más significativos en los últimos 20 años ha sido la redistribución del consumo de proteínas animales en Argentina. Según Urcía, mientras que el consumo de carne vacuna ha disminuido, el pollo y el cerdo han ganado protagonismo en la mesa de los argentinos. Actualmente, el consumo total de carne ronda los 120 kilos per cápita al año, de los cuales 50 kilos corresponden a carne vacuna, 50 kilos a carne de pollo y 20 kilos a carne porcina. Esta diversificación refleja un cambio en los hábitos alimentarios y la búsqueda de opciones más accesibles en términos de precio.
La Economía y la Carne: Perspectivas para el Futuro
A pesar del contexto inflacionario, Urcía destacó que el precio de la carne vacuna sigue atrasado en comparación con otros productos. Sin embargo, es probable que en los últimos meses del año se produzca una corrección de precios. “No creo que en octubre, pero sí en noviembre o diciembre”, anticipó, refiriéndose a un posible aumento en los precios de la carne vacuna a medida que la oferta se ajuste a la demanda. Este ajuste podría ser moderado, ya que la capacidad adquisitiva del consumidor continúa siendo el principal freno para una recuperación más rápida en el mercado.
El Crecimiento del Delivery y la Comercialización Online
Otro fenómeno que está ganando terreno en el mercado de carnes es la comercialización online y el delivery. Urcía señaló que, cada vez más, los consumidores están optando por comprar carne directamente a frigoríficos que ofrecen servicio de entrega a domicilio, un cambio significativo en los hábitos de compra que contrasta con la tradición de acudir personalmente a la carnicería o al supermercado. Este crecimiento en las ventas por delivery y online es una tendencia que las empresas deben aprovechar, adaptándose a las nuevas demandas del mercado.
Competencia y Variedad: El Desafío para la Carne Vacuna
El Dr. Urcía también subrayó la necesidad de que la carne vacuna se adapte a la competencia con otras proteínas, como el pollo, que ha desarrollado una amplia gama de productos derivados (nuggets, patitas, alitas, entre otros). Mientras tanto, la carne vacuna, tradicionalmente vendida en cortes básicos, enfrenta el reto de diversificar su oferta y promover sus cualidades de manera más activa para mantenerse competitiva en un mercado cada vez más diverso y exigente.
El Desafío de los Cambios en los Hábitos de Consumo
Finalmente, Urcía destacó que los cambios en los hábitos de consumo no solo se ven influenciados por la economía, sino también por las preferencias generacionales y geográficas. “Lo que viví de chico no lo están viviendo mis hijos”, reflexionó, señalando que las generaciones más jóvenes tienen hábitos de consumo distintos a los de las generaciones anteriores. Esta tendencia se ve reflejada en la creciente demanda de productos más convenientes y en la diversificación de las ofertas de proteínas.
En conclusión, el mercado de carnes en Argentina enfrenta un desafío complejo, en el que la economía y los cambios en los hábitos de consumo juegan un papel central. La capacidad de adaptación de los productores y la industria será clave para superar las dificultades actuales y posicionarse en un mercado que exige cada vez más eficiencia y creatividad en la oferta de productos.