En la localidad de Chivilcoy, corazón productivo de la provincia de Buenos Aires, Ovoprot Internacional sigue consolidando su lugar como uno de los principales referentes en industrialización de huevo en Argentina. En esta ocasión, su director, Sebastián Perea, conversa con Adalberto Rossi sobre el futuro del sector avícola, desde la mirada del productor que no solo mira hacia adentro, sino que proyecta hacia el mundo.
Perea comienza destacando el rol creciente del consumidor como motor de transformación, impulsando nuevas tendencias que obligan al productor a repensar sus estrategias. La sustentabilidad, que ya está presente en la eficiencia productiva, también debe incorporar nuevas dimensiones, como el uso de energías limpias. Ovoprot se encuentra en plena negociación para incorporar paneles solares, en línea con esta nueva conciencia medioambiental.
El directivo subraya cómo ha cambiado el paradigma productivo: donde antes había olores y moscas, hoy hay instalaciones limpias, tecnificadas, eficientes. “Esto parece un sanatorio”, comenta, señalando el salto cualitativo que ha dado la producción avícola argentina en términos de bioseguridad y bienestar animal.
La proyección del crecimiento es uno de los ejes fuertes de la entrevista. Perea recuerda la visión de su padre, Juan Antonio Perea, quien decía que Argentina debía apuntar a 300 millones de gallinas. Lo que hace algunos años parecía una locura, hoy ya no lo es tanto. Según el entrevistado, cada año se incorporan al menos dos millones de aves, y si se generan las condiciones adecuadas, ese objetivo ambicioso podría no estar tan lejos.
Pero para alcanzar ese horizonte, se necesita algo clave: un Estado que promueva la producción. Perea es claro al decir que con “una manito” del Estado, el productor argentino está en condiciones de escalar su producción de forma rápida y eficiente. Porque el huevo argentino no solo es uno de los más baratos y nutritivos del mundo, sino que también genera empleo, divisas y alimentos saludables.
La conversación aborda también los desafíos de los mercados internacionales. Conquistar un mercado lleva años; perderlo, solo un día. Por eso, Ovoprot ha sostenido relaciones comerciales incluso en contextos de pérdida, para no resignar presencia en Asia y otros destinos clave. Las auditorías, viajes, muestras y negociaciones requieren inversión constante, algo que muchas veces se hace sin apoyo estatal.
Para Perea, el sector avícola está listo para dar un salto exportador, y las entidades como CAPIA y CEPA cumplen un rol esencial en ese camino. Pero muchas veces, como él mismo dice, “estamos solos empujando”. Aun así, la empresa sigue apostando por crecer, mirando al mundo y afianzando su identidad exportadora.
La entrevista concluye con un mensaje de optimismo: cada vez más productores están incorporando tecnología, abriendo su visión hacia el exterior y transformando su forma de producir. Esta maduración del sector, sumada a la calidad del huevo argentino, ofrece las condiciones para que el país se convierta en un actor relevante en la seguridad alimentaria global.