Ochos tips para conservar y manejar el huevo

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    Bien se sabe que el huevo es uno de los alimentos más consumidos e importantes por el ser humano, no solo por sus altos niveles nutricionales, sino también por ser un componente esencial en la gastronomía de todo el mundo. Gracias a sus múltiples propiedades naturales, el huevo hace posible la creación de exquisitos platillos dulces o salados al brindar forma a los merengues, mousses y productos horneados; dar color a pastas, flanes, natillas; como emulsionante para crear deliciosos aderezos, salsas, mayonesa; o, incluso, es excelente como clarificante para vinos, jugos, entre otros productos. 

    En ese sentido, debido a sus diversas propiedades y funciones en la industria alimentaria, se estima que en el 2020 la producción de huevo en Argentina creció en 10,8% y el consumo domiciliario aumentó un 40% tras el aislamiento obligatorio. Además, en el primer trimestre del año pasado, se mostró un consumo promedio de 298 huevos per cápita, que lo coloca en el puesto número seis de los países que más huevos consumen por persona en el mundo.

    Al ser un producto versátil, las personas están más interesadas en conocer su apariencia, peso, costo, durabilidad y empaque para poderlos adquirir y consumir, pero… ¿qué hay acerca del manejo y la conservación de esta proteína animal?

    Los huevos son un alimento seguro desde su origen, pues cuentan con una barrera natural que los protege. Sin embargo, el manejo adecuado del producto es fundamental para evitar la entrada de microorganismos que puedan causar enfermedades en la mayoría de los hogares.

    La industria avícola cuenta con especificaciones sanitarias rigurosas que se cumplen tanto para la salud de las especies como en la manipulación del huevo. De acuerdo con Guadalupe Melian, Coordinadora de Marketing de Avicultura de MSD Salud Animal en Región Sur, “un huevo fresco y sano proviene de gallinas ponedoras sanas. Es ahí donde reside nuestro trabajo: asegurar la salud de los animales y así llevar alimentos ricos y saludables a las personas. Sin embargo, es fundamental saber seleccionar, manipular, conservar y preparar huevo en condiciones adecuadas para evitar enfermedades como la salmonelosis”, declaró.

    La Salmonella Enteritidis es una enfermedad zoonótica -transmisible de animales a personas-, la cual causa infección grave en los animales y las personas. El huevo contaminado puede llegar a ser el causante de dicha enfermedad, donde las personas han llegado a reflejar síntomas como náuseas, vómitos, calambres abdominales, diarrea, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza e incluso sangre en las heces.

    Por su parte, la cáscara del huevo contiene entre 7 mil y 15 mil poros que permiten el intercambio gaseoso entre el interior y exterior. Estos se encuentran recubiertos por una membrana orgánica (cutícula), cuya función principal es formar una barrera física contra la penetración de microorganismos, también evita la pérdida del agua y da un aspecto brillante al huevo. Si el huevo se lava o se frota, desaparece. Por lo tanto, es de suma importancia mantener intacta la cutícula para tener un huevo libre de microorganismos.

    En ese sentido, y para mantener una correcta conservación del huevo en los hogares, MSD Salud Animal en Región Sur brinda 8 tips de uso y manejo adecuado del huevo que te ayudarán a disfrutarlo al máximo en cualquier de sus múltiples presentaciones y así cuidar a toda la familia de cualquier enfermedad:

    1. Lavar los huevos con agua fría, justo cuando se quieran consumir y no antes de su almacenamiento.
    2. Lavar y desinfectar tus manos antes y después de manipular o preparar un huevo.
    3. Guardar el huevo en un recipiente cerrado; consérvalos en el refrigerador.
    4. Almacenar los huevos con la parte ancha hacia arriba y la angosta hacia abajo.
    5. No los mantengas a temperatura ambiente, al lado del fuego o fuentes de calor; tampoco en lugares expuestos a la luz solar.
    6. Utilizar primero los huevos que llevan más tiempo en el refrigerador.
    7. Evitar la humedad a toda costa, pues origina la proliferación de hongos y otros microorganismos que deterioran el huevo.
    8. Evitar los cambios bruscos de temperatura. Lo ideal es mantenerlo entre 1 y 10ºC, sin llegar nunca a la congelación. 

    “En MSD Salud Animal comprometidos con nuestra misión: la ciencia de los animales más sanos, trabajamos día a día con el objetivo de contribuir en la inocuidad de los alimentos y prevención de enfermedades en aves a través de productos innovadores en beneficio de la producción avícola”, Guadalupe Melian, Coordinadora de Marketing de Avicultura MSD Salud Animal en Región Sur.

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