La revolución de las enzimas en la avicultura: Beneficios demostrados

    spot_img

    Relacionados

    Share

    Consideradas hasta hace poco como solo un apoyo para reducir los gastos en la alimentación en la avicultura –los cuales pueden llegar a representar hasta el 70% de los costos totales de producción–, las enzimas han ido adquiriendo una mayor relevancia en la formulación de las dietas para las aves; principalmente por su capacidad para mejorar la utilización de diferentes nutrientes esenciales, lo que ayuda a reducir la cantidad de alimento balanceado que se ofrece a los animales.

    Las enzimas incluidas a las raciones ayudan a descomponer, sobre todo, aquellas fracciones del alimento balanceado indigestibles para las aves (Mckinney et al., 2015). Así, en función del tipo de la enzima suplementada se puede observar una reducción de la viscosidad en el tracto gastrointestinal, una mayor degradación de las proteínas o una disminución de los efectos de los factores antinutricionales (Núñez et al., 2013).

    Actualmente, la adición de las enzimas está respaldada por investigaciones científicas que han corroborado sus beneficios: desde 1969 –cuando comenzaron a ser utilizadas– hasta hoy, se ha demostrado que la aplicación de tecnologías como las carbohidrasas, las proteasas y las lipasas, tiene un rango de acción que supera con ventaja al de las fitasas (usadas hasta ahora como el único producto para mejorar la absorción de fósforo en el organismo de las aves). Otra innovación que se ha validado es el uso de varias enzimas combinadas, que actúan en las diferentes fracciones no digestibles de muchos ingredientes de las dietas, lo que amplía su rango de acción y reduce así los costos de producción.

    Un avance importante es también el desarrollo de enzimas exógenas con diferentes efectos químicos; que representan una alternativa tecnológica para mitigar el impacto negativo de las fracciones no digestibles del alimento balanceado (García et al., 2000; Oliveira et al., 2006).

    Lázaro et al. (2004) y Hooge et al. (2010) han estudiado los beneficios de los complejos enzimáticos, que ayudan a mejorar la salud y el desarrollo intestinal en las aves que han sido alimentadas con dietas que contienen complejos multienzimáticos de enzimas exógenas.

    Por otro lado, X. Meng y B.A. Slominski (2005) señalan que el uso combinado de complejos enzimáticos de carácter fibrolítico y proteolítico en las dietas a base de maíz y harina de soya, puede generar un aumento en la digestibilidad ileal de las proteínas –como resultado de una mayor liberación de proteínas estructurales (como las glicoproteínas)–.

    En lo que se refiere a los métodos empleados para la obtención de enzimas exógenas, destaca el proceso de fermentación en estado sólido (SSF, por sus siglas en inglés), que consiste en la producción de varias enzimas al mismo tiempo –los complejos enzimáticos–. Estos aseguran una mayor sinergia y estabilidad entre las enzimas generadas, que es una característica muy importante para su correcto funcionamiento dentro de los animales.

    Luego de analizar 28 investigaciones sobre complejos enzimáticos –producidos a través del proceso SSF– Hooge et al. (2010) concluyeron que su inclusión a las raciones mejoró la ganancia media de peso en los animales en un 3.73% y la conversión alimenticia en un 2.64%. Además, las dietas de las aves suplementadas con los complejos enzimáticos producidos mediante el proceso SSF presentaron una reducción de 75 kcal/kg de energía metabolizable, un 1% más de aminoácidos esenciales y un aumento de 0.1% de los niveles de calcio y fósforo disponibles; proporcionando así un ahorro importante de los mismos.

    Entonces, debido a que encontramos muchos componentes indigestibles en las raciones, el uso de estos complejos enzimáticos representa una ventaja frente a una suplementación con enzimas aisladas. Además, teniendo en cuenta que las dietas para las aves en América Latina se componen principalmente de maíz y soya –ingredientes que son bien utilizados nutricionalmente en el sector avícola–, siempre habrá fracciones que pueden ser mejor aprovechadas (Slominski  B., 2011); lo que puede apoyar a que las aves alcancen su máximo potencial productivo.

    Tecnologías como las enzimas pueden ayudar a las aves a alcanzar un mejor desempeño, sobre todo en determinadas etapas de la producción: como es el caso de los animales jóvenes (que no son capaces de asimilar algunos compuestos de la dieta por tener sus tractos gastrointestinales aún en desarrollo). Esto finalmente ayuda a reducir el costo de las dietas y a mejorar la utilización de los ingredientes alternativos en el alimento balanceado.

    Como podemos apreciar, el uso de enzimas es una práctica consolidada en la industria avícola; y gracias a más investigaciones es posible demostrar la eficacia y la importancia de los complejos enzimáticos en la formulación de las raciones. De esta manera, los productores pueden tener aves más sanas y mantener así la rentabilidad de su producción. En resumen: para que el sector avícola continúe creciendo es necesario que los avicultores lleven a cabo una utilización cada vez más estratégica y eficaz de las enzimas en la alimentación animal.

    Autor: Anderson Lima 

    Podcast

    spot_img