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    Dante Sica: “Estamos en un proceso de integración comercial”

    El economista Dante Sica, analizó la macroeconomía argentina para lo que queda del año y antes de las elecciones de 2019. Optimista, evaluó los puntos clave que debe tener en cuenta el Gobierno para que se estabilice la economía: inflación, tipo de cambio, producción e inversiones, entre los más importantes.

    Dante Sica describe de manera clara y concreta el escenario a comienzos de 2018: “El año empezó un poquito más raro de lo que esperábamos al final de 2017, como que hay un poco más de ruido en la superficie.

    Si miramos donde estamos parados respecto de los dos últimos años a partir de que asumió este Gobierno, la economía argentina, al igual que la política económica, está en el medio de un cambio. Una situación inédita si uno mira la corriente política económica de los últimos años, porque estamos con un Gobierno que quiere llevar adelante un programa de estabilización”.

    Al respecto, el economista sostiene que “el Gobierno está juntando un programa de reformas que tienden a mover los obstáculos que durante los últimos 40 años impidieron que la economía argentina crezca de manera sostenible.

    Esos obstáculos eran la falta de competitividad y elementos que van más allá de cómo esté el tipo de cambio, porque tienen que ver con los costos del transporte, la presión impositiva, las regulaciones, que de alguna manera hacen más caro todo. Por ejemplo, los trámites que tienen hay que hacer con un auto, los tiempos que tarda en salir un auto del puerto para poder llegar a la concesionaria…

    En Chile, un auto llega al puerto y en 48 horas está en una concesionaria. Acá en promedio, el auto está en el puerto de terminal Zárate ¡entre 20 y 25 días! Algo que el fabricante no paga, porque lo termina pagando el consumidor y hace que los productos sean más caros”.

    TENSIONES

    Este proceso inédito genera fuertes tensiones. ¿Qué significado tienen estas tensiones para el economista? “Son situaciones que generan conflictos entre los objetivos de corto y los de largo, entre estabilizar la macro y reformas estructurales. Todos queremos que baje la presión impositiva, pero si no baja el déficit fiscal rápido, es muy difícil que baje rápido la presión impositiva. Queremos que el déficit fiscal baje rápido, pero a su vez queremos que la situación social esté controlada”.

    MACRO ECONOMÍA E INTEGRACIÓN

    Todo esto es parte de un acomodamiento de la macro economía con una política de cambios culturales. Lo primero que hay que tener en claro es que no hay que estar preocupado por las tensiones, lo que tenemos que preguntarnos y mirar, es ¿qué capacidad tiene el Gobierno de poder gerenciar –o gestionar– esas tensiones que seguramente van a estar a lo largo de los próximos años, o mientras la economía de la macro se vaya acomodando, y las reformas estructurales de alguna manera den resultado? “Cuando se pongan nerviosos mirando los diarios, piensen que este no es un proceso rápido, los procesos en general son lentos y son inéditos.

    Cuando digo inéditos es que no hay ningún manual de economía o de gestión de política pública que diga cual es el camino –paso a paso– que hay que seguir como para poder hacer estos cambios. Hay mucha prueba y error.

    Lo que hay que tratar es que el Gobierno se equivoque lo menos posible. Cuando uno escucha que el Gobierno dice: «vamos a una economía más integrada, más competitiva» y después ve las reformas, está apuntando a eso.

    Hoy Argentina comercia solo con el 9% del PBI mundial, cuando Chile tiene abiertos Tratados de Libre Comercio y tiene acuerdos con casi el 75% del PBI mundial. Brasil está igual que nosotros. Entonces, un proceso de negociaciones internacionales que abra y que genere acuerdos, también forma parte del sector social de integración. Este no sólo es un proceso de apertura financiera, si no –básicamente– también de integración comercial, de cambiar los marcos regulatorios.

    Y esto es importante porque las normas de lo que llamamos «Economía Institucional», es lo que busca un inversor, no sólo los de afuera, sino también los locales, porque necesitan que las reglas de juego sean lo más claras y lo más estables en el tiempo, porque eso quiere decir que hay previsibilidad en materia de negocios.

    Si las normas cambian todos los días, es muy difícil que se concreten los procesos de inversión”, asegura Sica. Y agrega: “en la parte macro vemos un 2019 que se establece –aún tenemos que ver el impacto de la sequía–. Lo importante es que no crezca al 7% y luego caiga al 2%, sino que se mantenga entre el 3% y el 4% por muchos años, porque eso nos da estabilidad.

    Para poder duplicar el nivel de ingreso de la población en los próximos 10 años, deberíamos crecer al 5%, pero para lograr esto la inversión sobre el PBI tiene que estar arriba del 28% y hoy estamos en el 20%.

    Eso implica que para llegar a ese nivel de inversión no nos alcanza con el ahorro nuestro, necesitamos inversores, por eso son tan importantes las reglas de juego. Cuanto más crezcamos, más inversión, más empleo formal, menos informalidad y mejor bienestar para la población. Es la clave de alguna manera y es el gran desafío que vamos a tener para el futuro”.

    REFORMAS ESTRUCTURALES

    El Gobierno está llevando adelante un programa en todo lo que hace a la infraestructura económica, que mejore los costos de logística y transporte y que además aliviane las cargas.

    Este paquete de estabilización macro es gradual, “porque cuando uno cuando mira una planilla de economía, rápidamente dice, «hay que tachar acá, hay que romper acá y hay que llegar a escribirlo acá», pero luego están las cuestiones de política social que impiden que se tomen medidas macroeconómicas de golpe. Por eso, para este Gobierno, el único camino es el gradual”.

    Pero este no es sólo un problema de la Argentina. Cuando uno mira el mundo, vemos como Estados Unidos está desarmando los programas, aumentando la tasa de intereses, y esto no lo hace de una sola vez, lo hace gradualmente. Al respecto, Dante Sica considera que “lo primero que tenemos que entender es que estamos en un proceso de reformas estructurales y de acomodamiento de la macro, que tienden a ir más allá de la baja de la inflación y el déficit fiscal.

    La mirada desde el Gobierno está puesta en un cambio en las reglas de juego que le den mucha más estabilidad al crecimiento y que eliminen ciertas barreras que, de alguna manera, impedían o afectaban, el crecimiento.

    Los precios empezaron a sincerarse. Claro, cuando llega la cuenta de la luz todo el mundo protesta, pero piensen que en el año 2015 el 80% de la energía generada o consumida en la Argentina, las tarifas sólo cubrían el 20% del impuesto, y el otro 80% lo cubrían las transferencias fiscales. Pero las transferencias fiscales no son del aire, salen de los impuestos que todos pagamos… Claramente había una fuerte presencia.

    Se empezó a sincerar los precios relativos, se extendió el horizonte del planeamiento. Lo que hizo la elección de octubre es que el horizonte del planeamiento de los negocios se extendiera y eso alienta por lo menos un cambio en términos de la proyección de negocios de las inversiones.

    Una economía en expansión, más heterogénea. No todos crecen a la misma velocidad: de 14 sectores que tiene la Argentina, hay 12 que crecen –solamente cae el petróleo y el consumo de energía eléctrica en Capital Federal y Gran Buenos Aires–. Cuando uno mira a la industria, hay sectores que traccionan para arriba, pero otros que están traccionando relativamente, como es el caso algunas actividades de consumo masivo, textil, calzado, electrónica que de alguna manera están en proceso.

    Y por otro lado, el proceso de retorno al crédito externo, salir del default, y empezar a acomodar las macro, permitió que el Gobierno y las empresas pudieran salir al mercado internacional y con eso están financiando parte del déficit privado”. El Gobierno seguramante va a avanzar un poco más en este semestre, básicamente en materia de algunas reformas laborales, estado de capital y la reforma de la ley de defensa de la competencia.

    Pero recién va a retomar el ímpetu de reforma legislativa más fuerte, luego de la elección de 2019. “De todos modos, aún quedan tensiones que resolver. La economía está en camino a equilibrarse pero todavía no lo consigue y esas tensiones de corto plazo y esos cambios generan situaciones complicadas.

    Por un lado, hay un problema con la tasa, ya que las metas de inflación –que en un momento estaban descoordinadas por la política fiscal– hacían que la tasa de interés real estuviera muy por encima de lo que de alguna manera necesitaba el proceso de inversor. El Gobierno, a fin de año, omitió las políticas monetarias. Por otro lado, vamos a tener bastante volatilidad.

    Los empresarios van a tener que tener nervios de acero, porque va a haber mucho ruido, lo que genera volatilidad en el tipo de cambio”. El Gobierno se vio obligado a realizar los ajustes de tarifas públicas para poder bajar el déficit fiscal.

    Hasta ahora, los usuarios de Capital Federal y Gran Buenos Aires pagaban el 50% del costo de generación, mientras que los del interior están pagando el 70% u 80% del costo de generación. Por lo tanto, a fin de año ese costo va a estar equilibrado y todo el mundo va a estar pagando el 70% u 80% de generación de luz.

    Lo mismo pasa con el transporte. El Gobierno está haciendo todo en este primer semestre, y eso genera inflación, en un momento que estamos discutiendo paritarias y que hay que convencer que la inflación va a estar más cerca del 15% y no del 23%. Esa es la tensión que estamos viendo en estos meses.

    “Hoy el consumo crece igual que la economía y como hasta ahora Capital Federal y Gran Buenos Aires tienen que gastar más en pagar las tarifas, eso le resta capacidad para poder consumir y afecta a ciertos bienes, no todos, porque los bienes durables siguen traccionando alto: autos, motos y electrónicos, pero algunos sectores como alimentos, bebidas o textiles y calzados, están más caros.

    Estas tensiones son parte de lo que estamos viviendo en el corto plazo”, explica el economista. A todo esto hay que sumarle que el Gobierno está poniendo mayor control sobre los programas sociales.

    Esto no quiere decir que está sacándole la plata a los beneficiarios, si no que los están valorando, están viendo lo que reciben y está eliminando la intermediación que las organizaciones sociales hacían sobre los planes sociales. INFLACIÓN En cuanto a la inflación, el proceso continúa pero más lento de lo esperado. Para fin de 2017, el Gobierno esperaba una inflación del 17% y fue del 25%, para este año fijó una meta del 15%, pero todo indica que que va a estar más cerca del 23%.

    Al respecto, Dante Sica considera que “la inflación de un dígito va a lograrse para 2020 o principios del 2021. Creo que la inflación va a bajar, en el segundo semestre los valores van a ser mucho más bajos que los del primero, porque ya el ajuste de tarifas pasó. Para el año que viene sólo queda ajustes de tarifas de transporte, por lo tanto vamos a una inflación en baja, porque hay muchas cuestiones inerciales.

    En los últimos 70 años, la Argentina tuvo inflaciones anuales promedio de casi el 50% y todos nosotros todavía tenemos conductas propias: hay muchos contratos –aunque está prohibido– que están indexados, como los de alquiler. Cada vez que se mueve el dólar miramos si tenemos que mover los precios…

    Entonces, desinflar gradualmente lleva un poco más de tiempo en una sociedad que tiene una cultura inflacionaria. El año pasado Brasil terminó con una inflación de un 3% anual. Tuvo una hiperinflación como nosotros en los ‘90, pero mantuvo mucho más la disciplina”. En cuanto al tipo de cambio, para el economista “va a estar muy determinado por la evolución de la inflación.

    Vamos a tener un tipo de cambio que va a estar en términos reales muy similar al poder de compra de lo que estamos observando ahora”.

    DÉFICIT FISCAL

    Hoy hay más expectativa positiva en el sendero fiscal que quizás en la deuda externa, porque el Gobierno está muy comprometido con el tema. “El año pasado cumplió la meta. Este año, con la reforma previsional vamos a terminar con un déficit del 3% y, en la medida que vaya bajando, el nivel de deuda se estabilizará, no hay una deuda explosiva. Deberíamos preocuparnos si vemos que el déficit fiscal no baja, porque claramente el nivel de deuda puede tener un proceso que se haga más insostenible en el largo plazo.

    Nos vamos a dar cuenta de eso cuando empiece a aumentar la tasa de interés. Si el mundo no ve que la situación fiscal mejora, claramente la tasa en la cual nos vamos a estar endeudando va a ser mayor y va a obligar al Gobierno a tener que hacer un ajuste más rápido. Hoy estamos viendo una convergencia fiscal, eso es clave, al igual que la potencia recaudatoria, cuanto más se mantenga eso, va a mejorar mucho más situación fiscal”, señala Dante Sica.

    EL DÍA A DÍA

    Respecto de cómo sigue la actividad económica en nuestro país, lo cierto es que hoy todos estamos mirando cuál será el impacto de la sequía en la cosecha, porque va a caer el saldo exportable y eso puede hacer que haya menos dinamismo y menos ingreso para los productores, y por lo tanto, menos consumo para los sectores que están asociados a ello. China está aumentando la demanda de soja y la oferta está cayendo, es decir que los precios mejoran, lo que perdemos por cantidad lo estamos ganando por precio. Pero lo que no sabemos es cuál será el resultado de esa cuenta.

    “El principal factor que moverá la economía en Argentina, al igual que el año pasado, seguirá siendo la inversión, que va a crecer casi el 12%. Y el dato importante es hacia donde va la marcha, el impulso reformador, la reforma. Las reformas no son necesarias, son imprescindibles: si no hay reformas que vayan a mejorar la competitividad, no habrá mejoras de los bienes.

    Por eso es importante que el Gobierno no pierda el impulso de reformas. Los temas fuertes terminan de discutirse hasta el Mundial. Después, todos nos distraemos con el Mundial, y a continuación empieza la campaña política, porque ya en julio del año que viene están las PASO. Por lo tanto, los temas importantes que no se discutan de acá a julio, no se van a discutir el año que viene.

    El gran tema importante que queda pendiente es la reforma previsional, sustentabilidad, estas me parece que son las tendencias y las líneas principales que vamos a ver. Lo que viene es un gran momento, vamos a una economía que va a seguir traccionando, pero que también nos va a generar muchos desafíos.

    Pensar que haciendo lo mismo que veníamos haciendo hasta ahora, nos va a ir bien, no es garantía. Vamos a tener que trabajar mucho como para poder adaptarnos al nuevo entorno. Para eso somos empresarios”, concluye Dante Sica.