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    La encrucijada de la avicultura y la agroindustria en Argentina

    La industria avícola y agropecuaria de Argentina enfrenta retos significativos en un contexto de competitividad internacional y desafíos internos. El ingeniero Carlos Sinesi, gerente general del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), detalla las dificultades y potenciales soluciones para el sector en el país.

    En una nueva reunión de la mesa de carnes, que reúne a los principales actores de la industria agroalimentaria argentina, se discutieron los desafíos actuales y se proyectaron estrategias de adaptación para el sector. El ingeniero Carlos Sinesi, gerente general de CEPA, compartió las inquietudes presentes y destacó la necesidad de que el gobierno reconozca y soporte al sector en medio de un panorama competitivo, marcado tanto por el mercado interno como por la presión del comercio exterior.

    Durante la entrevista, Sinesi enfatizó que resolver las barreras a la exportación es crucial para evitar asimetrías competitivas con países vecinos como Brasil. “Nos está costando exportar, pero esperamos que las dificultades se solucionen a corto plazo”, dijo. Este punto es especialmente sensible para el sector, ya que el equilibrio en el intercambio internacional es vital para la industria avícola argentina.

    Brasil, un jugador clave en el mercado global de proteínas animales, ha levantado exitosamente las barreras de la influenza aviar, generando cierta incertidumbre en la industria argentina. Sinesi destacó la celeridad de Brasil para resolver crisis sanitarias, subrayando el temor por el posible ingreso de productos avícolas brasileños al mercado argentino, lo que podría impactar tanto económica como sanitariamente. Según Sinesi, “las importaciones están incrementándose y afectan al mercado doméstico debido a asimetrías financieras y comerciales”.

    Otro punto crítico para la industria avícola es el financiamiento de infraestructura. Sinesi señaló la necesidad urgente de construir y modernizar 1.200 galpones para mantenerse competitivo. Desde 2019 se ha venido exponiendo esta necesidad, pero persiste como un desafío pendiente. “Es muy importante para nosotros, estamos en conversaciones con la Secretaría de Agricultura, pero todavía eso es un tema pendiente”, insistió.

    La eficiencia y la defensa de los productos en mercados internacionales y locales son también prioridades vitales. Para ello, el rol del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) es crucial. Sin embargo, Sinesi advierte que SENASA sufre de recursos humanos cada vez más limitados y financiamiento insuficiente. “Lo que recauda el SENASA va al Tesoro Nacional, y solo una parte mínima vuelve”, explicó, sugiriendo la necesidad de reformas para garantizar su operación óptima.

    A modo de cierre, Sinesi subrayó la importancia de continuar buscando la máxima eficiencia en producción y manejar adecuadamente las variables macroeconómicas vinculadas a la producción local. La industria avícola, que ha estado produciendo 2.5 millones de toneladas durante los últimos cinco años, depende en gran medida de una mayor capacidad de exportación para lograr un crecimiento real, un objetivo que, como concluye Sinesi, requiere ajustes macroeconómicos profundos para mejorar la productividad y competitividad en el largo plazo.