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    Ovoprot y la evolución de una industria sustentable

    Sebastián Perea, director de Ovoprot, comparte una mirada estratégica sobre el crecimiento de la empresa, el desarrollo de una producción sustentable y eficiente, y el rol protagónico del huevo argentino en los mercados internacionales. Una entrevista que traza un puente entre el legado familiar y el futuro de la industria.

    Desde Chivilcoy, en plena zona productiva de la provincia de Buenos Aires, Ovoprot continúa marcando el rumbo de la industrialización del huevo en Argentina. En este bloque, el director de la compañía, Sebastián Perea, comparte una mirada panorámica sobre el desarrollo de la empresa y el rol de la industria avícola en un modelo agropecuario moderno, tecnificado y competitivo.

    Perea explica que el crecimiento de Ovoprot ha estado signado por la necesidad de responder a una demanda creciente tanto en el mercado interno como en el externo. Para lograrlo, la empresa ha optado por una integración vertical del proceso productivo, produciendo su propio alimento balanceado en plantas ubicadas en Córdoba, Entre Ríos y Chivilcoy. Este enfoque permite asegurar la trazabilidad y la calidad del producto final.

    Uno de los principales diferenciales que destaca Perea es la ventaja competitiva de la Argentina en términos de calidad de los granos. Mientras que otros países deben importar cereales a grandes distancias, Ovoprot cuenta con materia prima local, de excelente calidad, cultivada en campos propios o cercanos a las unidades de producción.

    La entrevista también deja entrever una transformación más amplia: la del sector avícola argentino en su conjunto, que ha adoptado tecnología de punta para optimizar la eficiencia productiva y responder a las nuevas exigencias del consumidor. Según Perea, “hoy todos estamos tecnificados”, y eso posiciona a la industria del huevo argentina entre las más eficientes del mundo.

    Ovoprot es un ejemplo paradigmático de cómo la exportación obliga a repensar todo el modelo productivo. “Mirar hacia afuera te abre la cabeza”, dice Perea, y agrega que este enfoque es lo que hace verdaderamente sustentable al negocio. Esa sustentabilidad se basa en eficiencia, innovación constante y una cadena de valor que maximiza cada eslabón, desde la alimentación hasta la industrialización.

    Uno de los datos más llamativos que se mencionan en la entrevista es que la producción de huevo en Argentina tiene la menor huella de carbono del mundo: 0,98 kg de CO₂ por cada kilo de huevo producido, frente a los casi 4 kg de promedio mundial. Este logro no solo fortalece el posicionamiento del producto en mercados exigentes, sino que también lo convierte en una opción atractiva para consumidores cada vez más comprometidos con el medio ambiente.

    En ese marco, la innovación es un valor que atraviesa generaciones. Para Perea, su abuelo Ginés, pionero de la avicultura industrial en el país, habría entendido naturalmente esta evolución. “Era un innovador”, dice con orgullo. Esa vocación por reinventarse sigue presente en cada decisión que toma la empresa.

    El cierre de la entrevista refuerza un mensaje clave: el productor argentino ha sido protagonista del crecimiento, invirtiendo aún en contextos adversos, sin financiamiento y apostando a futuro. Ovoprot representa esa resiliencia emprendedora que, lejos de conformarse, sigue mirando hacia adelante con ambición y compromiso.