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    Ovoprot: Pioneros en la industrialización del huevo y el compromiso exportador argentino

    Con una historia que se remonta a mediados de los 80, Ovoprot no solo fue la primera planta industrializadora de huevo en Argentina, sino que también sentó las bases de una industria con fuerte proyección internacional. Desde Pilar, provincia de Buenos Aires, la empresa liderada por Santiago Perea sigue innovando y ampliando mercados con un fuerte anclaje en la tradición familiar.

    Ovoprot International, ubicada en Pilar, Buenos Aires, es una de las compañías más representativas del sector avícola argentino. Fundada a mediados de los años 80, se convirtió en la primera empresa del país dedicada a la industrialización del huevo, marcando un antes y un después en la historia de la avicultura nacional. Hoy, bajo la presidencia de Santiago Perea, tercera generación de una familia profundamente ligada al desarrollo de la industria, Ovoprot sigue creciendo con una firme vocación exportadora.

    El legado comenzó con Ginés Perea, abuelo de Santiago, pionero en introducir los primeros planteles híbridos al país y en fundar tanto la Asociación Latinoamericana de Avicultura (ALA) como la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA). Su labor institucional y empresarial fue clave para cimentar una industria moderna. La posta fue tomada luego por Juan Antonio Perea y, actualmente, por Santiago y su hermano Sebastián, quienes integran la producción primaria de huevos a la estructura industrial para garantizar volumen y calidad constante.

    Esa integración vertical no fue solo una decisión estratégica, sino una necesidad. Según explicó Santiago, depender exclusivamente del huevo excedente de terceros implicaba una fuerte inestabilidad en el abastecimiento, incompatible con los compromisos del mercado internacional. “En exportación no podés entrar y salir cuando te conviene; si no sos constante, perdés mercados”, sostuvo.

    Hoy Ovoprot exporta a más de 40 países, entre ellos Japón, Europa, Medio Oriente, África y América Latina. En un país como Argentina, con limitaciones logísticas que dificultan la exportación de huevo en cáscara, la empresa apuesta al huevo industrializado en polvo, con hasta dos años de vida útil, lo que le permite garantizar calidad, trazabilidad y continuidad de suministro.

    La planta fue concebida desde el inicio con esa visión exportadora. En los años 80, cuando el comercio internacional aún no estaba plenamente desarrollado y las exportaciones no eran moneda corriente, Ovoprot ya pensaba en agregar valor a los cereales argentinos mediante la industrialización del huevo.

    La conversación con Santiago también reflejó el fuerte vínculo que la empresa mantiene con la comunidad de Pilar. “Tenemos personas que trabajan con nosotros desde antes que yo naciera. Eso hoy es raro”, comentó con orgullo. Esta continuidad humana es otra muestra de la identidad sólida que caracteriza a Ovoprot.