En un escenario global marcado por la persistencia de la influenza aviar, la avicultura argentina vuelve a demostrar su capacidad de reacción y su proyección internacional. Carlos Sinesi, director ejecutivo del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), abordó la actualidad del sector, que a pesar de un contexto complejo, mantiene el paso firme en materia de exportaciones. “No hubo un crecimiento de las exportaciones, pero sí un mantenimiento importante a pesar del brote de influenza aviar registrado en Los Toldos”, destacó Sinesi al referirse a las 14.000 toneladas exportadas en septiembre.
El dirigente explicó que uno de los desafíos más importantes fue la rápida contención del brote de influenza aviar detectado en una pequeña granja de ponedoras de Los Toldos, partido de General Viamonte. “Salimos del brote en un poco más de 40 días. Eso demostró que la experiencia del 2023 sirvió para ser más ágiles, para trabajar mejor”, remarcó. En este sentido, puso en valor la articulación entre Senasa, las embajadas argentinas, los agregados agrícolas y el sector privado, que permitió mantener abiertos varios mercados externos vitales.
Sin embargo, la restricción impuesta por los países que aún no habilitaron el regreso del producto argentino —como China, la Unión Europea, Chile, Sudáfrica o Perú— continúa siendo una barrera para alcanzar el objetivo exportador. “Es una negociación permanente”, señaló Sinesi, al referirse a la política de zonificación sanitaria, que se ha convertido en un elemento clave para que Argentina pueda responder a las exigencias sanitarias internacionales sin comprometer toda su producción.
Sobre este punto, el director del CEPA brindó detalles técnicos: “Senasa presenta el modelo de 10 kilómetros de zona sanitaria alrededor del brote, con georreferenciación, controles y certificados habilitantes. Si el país de destino no lo acepta, puede pedir ampliación a 25 o 50 kilómetros. Cada mercado impone condiciones distintas.” Este tipo de medidas permiten que regiones libres de la enfermedad puedan continuar exportando, aunque la aceptación de las mismas depende exclusivamente de cada país.
China, por ejemplo, exige auditorías in situ. “Ya respondimos su cuestionario, pero ahora esperan realizar una visita técnica para verificar todo lo declarado. Esto genera demoras que esperamos sean lo más cortas posibles”, advirtió Sinesi. La misma situación atraviesa Brasil, que tuvo su brote en mayo, recibió la visita sanitaria en septiembre y todavía no ha logrado la reapertura de ese mercado.
Argentina apunta a consolidar un horizonte exportador de 450.000 toneladas anuales de carne aviar, aunque el contexto sanitario global y los requisitos variables de cada país imponen una dinámica compleja. “Estamos trabajando mucho en zonificación con muchos destinos, tratando de conseguir, junto con el Mercosur y Chile, que todos los países estemos zonificados. Eso demostraría al mundo que somos más serios”, concluyó Sinesi.
La bioseguridad y la trazabilidad son los pilares que el país deberá seguir fortaleciendo para posicionarse como proveedor confiable en los mercados más exigentes del mundo.

