Tonelli analizó las recientes noticias sobre una posible cuadruplicación de la cuota de carne vacuna argentina con arancel preferencial hacia Estados Unidos. Aunque de momento se trata de trascendidos sin confirmación oficial, el consultor detalló el impacto que tendría esta modificación: “Si efectivamente la cuadruplicaran […] estaríamos hablando de un beneficio de alrededor de 120 o 130 millones de dólares, que es claramente impactante”. Actualmente, Argentina puede exportar 40.000 toneladas anuales a EE.UU., de las cuales solo 20.000 ingresan con un arancel reducido del 10%, mientras que el resto afronta un gravamen del 36,4%, lo que disminuye la rentabilidad del negocio.


Otra cuestión central en la entrevista fue el valor estratégico de diversificar los destinos de exportación. “No hay dos mercados iguales”, señaló Tonelli, indicando que mientras China prefiere vacas de descarte con menor calidad, Europa y Estados Unidos demandan carne de alta calidad con cortes específicos. “El negocio es tener muchos mercados abiertos para que en cada mercado pongas el corte al valor más caro posible”, afirmó. Esto permitiría aprovechar mejor el potencial productivo del animal, que muchas veces se desaprovecha al ser faenado de forma anticipada para satisfacer exclusivamente al mercado local.
Con un consumo per cápita que ronda los 115 kilos de carne por año —dato que impacta incluso en foros internacionales por tratarse de un récord mundial—, la Argentina enfrenta el reto de sostener este nivel sin descuidar la competitividad externa. Tonelli intuye que la única vía de crecimiento real para la industria cárnica es expandirse hacia el exterior. “El futuro de la ganadería vacuna definitivamente debe reorientarse hacia las exportaciones. Lo mismo para todas las carnes”, explicó. Además, anticipó que el crecimiento del consumo de cerdo reducirá la presión sobre la carne bovina, dando margen para este reposicionamiento en los mercados globales.
Finalmente, sobre la evolución de los precios en el mercado interno, Tonelli pronosticó cierta estabilidad. Afirmó que si bien históricamente hay ajustes estacionales hacia fin de año por razones de oferta y demanda —“hay mucha parrilla prendida […] y el tiempo acompaña”—, en 2023 no se espera un aumento brusco. “Yo veo que este año vamos a tener una oferta razonable”, dijo, aunque advirtió sobre la volatilidad de las últimas semanas, producto de la incertidumbre política y económica.
Así, la industria cárnica argentina se sitúa en una encrucijada histórica, donde las decisiones estratégicas pueden marcar el rumbo de un sector que sigue siendo clave tanto para el abastecimiento interno como para la generación de divisas en el país.

