La industria avícola global atraviesa uno de sus mayores desafíos sanitarios: la Influenza Aviar dejó de ser una preocupación de países aislados para instalarse como una problemática endémica, sin fronteras ni estaciones. Así lo expresó el Dr. Yari Lucerna, prestigioso profesional argentino de la sanidad aviar, quien participó de la cumbre convocada recientemente por la FAO en Brasil, con más de 500 profesionales de 200 países. “La comunidad científica está totalmente de acuerdo en que el abordaje no puede ser únicamente la bioseguridad ni la exterminación de animales, cada vez que hay un caso positivo”, advirtió Lucerna.
Según relató el especialista, durante el encuentro se repitió una reivindicación central: que la Organización Mundial del Comercio elimine las restricciones para-arancelarias vinculadas a la detección de la enfermedad. En sus palabras: “Esto ya es global. No tiene sentido parar a un país entero cuando hay un foco en una provincia. Se habló de aplicar regionalización, compartimentalización, zonificación. Si el brote afectó a Jujuy, las otras provincias podrían seguir exportando sin problemas”. Una lógica utilizada por países como Estados Unidos, que combina política sanitaria con mecanismos ágiles de restitución productiva, evitando el colapso económico regional.
Lucerna también hizo hincapié en la relevancia de construir una cultura sólida de bioseguridad en Argentina. “Hace falta una conciencia muy grande. Hay productores que no entienden lo que significa dejar entrar a cualquiera a las granjas o tener operarios con aves de traspatio. El problema no lo tiene solo él, lo tiene todo el sector. No es un tema individual”, sostuvo. Por eso, remarcó que la bioseguridad “debe ser extrema, hoy más que nunca y para siempre”, aún reconociendo las limitaciones del sistema: “Hay empresas con bioseguridad hiper extrema y aún así les ingresó el virus. No sabemos ni por dónde”.
Otro eje central del debate fue la vacunación. A diferencia de lo que sucede en algunos países asiáticos, donde la vacunación es una política de Estado, en Argentina el tema aún divide opiniones. Lucerna citó el caso de China, que “hace 20 años vacuna y tiene 70 tipos de vacunas diferentes”, mostrando que hay posibilidades de enfrentar el virus sin recurrir únicamente al sacrificio sistemático. También destacó la necesidad de que los organismos internacionales profundicen sus esfuerzos en el desarrollo de nuevas plataformas vacunales.
En relación a la demorada implementación de la zonificación en Argentina, Lucerna explicó que existe voluntad desde el sector productivo para implementarla, pero aún persisten resistencias comerciales. “Hay países que no aceptan la zonificación porque si aceptan la de otro, temen que eso implique abrir su mercado interno. Es una especie de proteccionismo solapado”, explicó con lucidez. En este contexto, destacó que un cambio en las normativas de la OMC permitiría avanzar con mayor firmeza: “Si se elimina la influenza como barrera para-arancelaria, se terminan muchos problemas porque el abordaje será más normalizado”.
La cumbre de Brasil dejó en evidencia que la Influenza Aviar llegó para quedarse y que el abordaje debe ser conjunto, técnico y alejado de presiones políticas o barreras comerciales injustificadas. Mientras tanto, en Argentina, la industria avícola transita el desafío de cuidar su estatus sanitario sin resignar competitividad, y con la urgencia de establecer reglas claras para prevenir, detectar y actuar de manera eficaz ante un virus que no conoce fronteras.