Con un consumo per cápita que ubica al país entre los mayores del mundo, la producción de huevos en Argentina se consolida como una industria estratégica en crecimiento, innovadora y comprometida con la salud alimentaria. En plena “Semana del Huevo”, Javier Prida, presidente ejecutivo de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA), compartió con los periodistas Adalberto Rossi, Patricia Aller y Eugenia Quibel las claves del momento que vive el sector, sus desafíos y las nuevas costumbres de consumo de los argentinos.
“La primera opción de ingesta del huevo es en forma dura”, afirmó Prida con entusiasmo, destacando cómo el huevo se está posicionando como el snack saludable favorito de muchos argentinos. Cifras recientes de una encuesta nacional de consumo respaldan esta afirmación, reflejando un cambio de paradigma en los hábitos alimentarios: el tradicional paquete de galletitas ha sido reemplazado en muchas loncheras por táperes con huevos cocidos. Una alternativa simple, económica, portátil y sin aditivos ni conservantes.
La popularidad creciente del huevo también ha generado un cambio en las unidades de compra. “Venimos hablando hace tiempo de que la unidad de compra iban a ser dos maples y no uno. Se ve mucha gente caminando con dos maples en la mano”, destacó Prida. Según explicó, desde Capia se están impulsando nuevas soluciones para el transporte y comercialización a pequeña escala, como la incorporación de tapas impresas y fajas de cartón, o incluso bolsas especiales que permiten facilitar el traslado de este producto que cada vez forma parte de más hogares argentinos.
La cercanía sigue siendo clave en la compra de huevos. Según Prida, la mayoría de los consumidores opta por negocios de barrio o pequeños comercios, antes que grandes superficies o supermercados. A esto se suma que el huevo, al ser un elemento de alta rotación, contribuye a fortalecer economías locales y cadenas de valor regionalizadas.
En términos de conservación, uno de los puntos habitualmente consultados por los consumidores, Prida aclaró que “si vas a comprar un maple y lo vas a consumir en los próximos 10 días, fuera de la heladera es lo ideal”. No obstante, advirtió sobre los choques térmicos —el paso brusco de frío a calor— como un factor que deteriora la calidad del producto. Es por ello que instó a la población a mantener los huevos en lugares frescos y estables, y a evitar romper la cadena de conservación, especialmente en el tránsito desde el comercio hasta el hogar.
Otro de los grandes logros del sector ha sido desterrar viejos mitos vinculados a la salud. “Eso de que el huevo aumenta el colesterol ya quedó en desuso”, sentenció Prida, en referencia a estudios científicos que han demostrado que su consumo moderado no representa un riesgo cardiovascular. Por el contrario, su alto valor nutritivo, su versatilidad en la cocina y su excelente relación costo-beneficio lo han convertido en un elemento esencial de cualquier dieta equilibrada.
Con un consumo que se aproxima a los 380 huevos per cápita anuales, Argentina se posiciona como líder en Latinoamérica y segundo a nivel mundial después de México. La industria avícola, en particular la producción de huevos, no solo consolida su rol dentro del sistema agroalimentario nacional, sino que también se proyecta como uno de los protagonistas de una alimentación saludable, accesible y sostenible para los argentinos.