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    La industria avícola celebra su protagonismo con la fiesta del Omelette Gigante en San Isidro

    La producción de huevos en Argentina no solo crece en cifras: también protagoniza eventos masivos como la tradicional Fiesta del Omelette Gigante, que este año se realizará en San Isidro. La actividad, encabezada por la Cofradía de Pigüé y organizada con el apoyo de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia), es una muestra de cómo el sector apuesta a acercarse al consumidor, fortalecer el vínculo con la comunidad y resaltar el valor del huevo fresco y nacional.

    El evento, según confirmó Javier Prida, presidente ejecutivo de Capia, tendrá lugar el próximo sábado y contará con la preparación de un omelette de 10.000 huevos. “Se utilizarán 28 cajones de huevo, 5 kilos de perejil, 5 kilos de cebolla de verdeo, 100 kilos de jamón cocido y unos 1.200 panes cortados en tres”, detalló Prida en diálogo con Cátedra Avícola. La distribución de la comida y el armado estará a cargo de 47 personas que llegarán desde Pigüé, epicentro de esta tradición culinaria.

    Más allá del espectáculo gastronómico, el trasfondo del evento apunta a promover el consumo del huevo, un alimento altamente nutritivo y accesible. Prida explicó: “La gente, cuando come algo rico afuera, lo quiere replicar en su casa. Queremos incentivar ese deseo desde lo emocional y lo sensorial, y esto genera cercanía con el producto”. El dirigente también remarcó que en una acción como esta, donde se rompen 10.000 huevos al instante, “hay una mística que no se consigue con huevo líquido o en polvo”.

    Durante la charla, Prida también diferenció al huevo fresco del industrializado, resaltando que el sabor no es el mismo. “Yo tengo una teoría: el huevo industrial, para hacer un revuelto u omelette, no es igual que el huevo fresco que uno rompe y casca. En los hoteles muchas veces se usa huevo pasteurizado, por eso se nota ese amarillo homogéneo. En cambio, el huevo fresco tiene pintitas blancas y un sabor distinto”, explicó el referente de la industria.

    El consumo interno de huevo ha mostrado un crecimiento sostenido en los últimos años, gracias a campañas de concientización, mejoras en la calidad productiva y un cambio de hábito en los consumidores argentinos. Prida adelantó incluso que Capia presentará la próxima semana un estudio cuanti-cualitativo sobre la producción agrícola argentina y las nuevas tendencias de mercado. “Nos vamos a sorprender de cómo evolucionaron las preferencias del consumidor”, aseguró.

    Un dato revelador mencionado en la entrevista fue el cambio en la preferencia por el color del huevo. “En los 2000, el 60% de lo que consumíamos era huevo blanco y el 40% huevo de color. Hoy, el 76% es blanco y apenas el 24% restante es de huevo colorado”, comentó Prida, ilustrando así cómo el consumidor argentino ha modificado no solo sus hábitos de compra, sino también sus percepciones sobre lo que representa un producto fresco y saludable.

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