Desde el sur de Brasil, el doctor Horacio Gamero, titular de H.G. Poultry Consulting y reconocido asesor internacional en sanidad aviar, destacó los desafíos sanitarios que enfrenta hoy la industria avícola latinoamericana. Su análisis, en el marco de una gira de asesoramiento técnico que lo lleva desde Chapecó (Brasil) hasta Guyana, revela una preocupación creciente por la debilidad estructural en la cadena avícola, no sólo en términos de enfermedades infecciosas, sino también por las fallas humanas fruto de una mano de obra cada vez más escasa o menos capacitada.
“Creo que la principal problemática que tiene la industria hoy, y Argentina no escapa a eso, es la mano de obra. Y a partir de ahí se desencadenan varios de los problemas que le llamamos de «manejitis», que terminan en un cuadro clínico”, explicó Gamero, al referirse a los inconvenientes recurrentes que surgen por fallas operativas en la producción avícola. La «manejitis» alude a errores frecuentes en la gestión de granjas que terminan por impactar negativamente en el comportamiento sanitario y productivo de las aves.
Durante su estadía en Brasil, Gamero fue convocado por la principal empresa avícola del país para analizar un cuadro clínico complejo en sus lotes, que estaría generando “animales caídos” y algunos casos de artritis, según reportes preliminares. “Muchos hablan de alguna cepa variante de reovirus, pero vamos a ver”, dijo, con cautela, aclarando que aún no ha visitado las granjas debido al cumplimiento del protocolo de vacío sanitario.
El protocolo de trabajo implementado por Gamero es exhaustivo y particular: evita conocer datos previos para no sesgar observaciones. La lógica es analizar todo el proceso productivo, de forma integral, antes de formular diagnósticos. “Prefiero quedar a ciegas, que me permitan ver lo que yo pueda llegar a ver”, sostuvo el especialista. Recién en la etapa final de su análisis pone en común sus impresiones junto al equipo técnico y los datos de la empresa, para luego construir un plan de acción. Es una metodología que combina la experiencia a campo con el abordaje científico, útil tanto para problemáticas sanitarias como logísticas.
Consultado sobre la situación de la industria avícola argentina, Gamero optó por la prudencia. “La verdad que no la estoy viendo porque llevo seis meses que estoy prácticamente afuera (…) se escuchan muchas cosas, pero al no ver prefiero no emitir ninguna opinión”, aseguró. No obstante, anticipó que planea hacer una visita integral al país entre fines de este año e inicios del próximo, para evaluar de primera mano el estado de situación local.
Tras su paso por Brasil, Gamero seguirá camino hacia Guyana, donde desde hace tres años asesora a la empresa Bounty Farm. Allí, las condiciones sanitarias son diferentes y, según indicó, podrá continuar con normalidad sus trabajos técnicos tras cumplir algunos días de aislamiento sanitario. “Como ellos no tienen reproductoras y, la realidad es que el estatus sanitario de Guyana es completamente diferente al de Brasil, no hay interferencia para que pueda hacer la visita continuada”, explicó.
Gamero no sólo actúa como un consultor técnico, sino que es también un observador crítico del rumbo que toma la industria agropecuaria en la región. En un contexto de mayores exigencias sanitarias por parte del comercio internacional, subraya que los desafíos no vienen sólo por el lado de los patógenos, sino por la necesidad urgente de profesionalizar la cadena productiva. La falta de personal calificado, el relajamiento en los controles y fallas en los protocolos operativos, parecen ser talón de Aquiles en uno de los sectores más dinámicos del agro latinoamericano.

