Este lunes 29 de septiembre marca una fecha clave para la avicultura argentina: si no se detecta un nuevo caso de influenza aviar, el país podrá volver a autodeclararse libre de la enfermedad, según el protocolo establecido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). En diálogo con Cátedra Avícola & Agropecuaria, Carlos Sinesi, Director Ejecutivo de CEPA, explicó que se cumplieron los 28 días estipulados desde la desinfección del último brote, y que el SENASA ya está en condiciones de notificar a los mercados internacionales la recuperación del estatus sanitario.
La vuelta al estatus de país libre de influenza no solo tiene un valor simbólico, sino que representa una puerta de reingreso a mercados estratégicos como China, Chile y la Unión Europea. Sinesi fue claro: “En el brote de 2023, tardamos casi 180 días en recuperar el estatus; esta vez, lo hicimos en menos de 45 días. Eso muestra evolución y coordinación público-privada”. China, que antes del brote representaba el 35 % de las exportaciones avícolas argentinas, podría reactivar sus compras apenas se actualice la información en los registros internacionales.
Sin embargo, Sinesi fue enfático en que el virus llegó para quedarse. “No hay fronteras para los virus, la influenza entra caminando”, remarcó. Por eso, la estrategia no puede basarse únicamente en contención, sino en prevención y protocolos robustos de bioseguridad. Desde cambios de ropa y calzado, hasta pediluvios, desinfección de camiones y protocolos de acceso, todo cuenta para reducir el riesgo. Y aunque la vacuna contra la H5N1 sigue sin dar los resultados esperados, el sector apuesta a zonificación y compartimentos sanitarios como claves para limitar el impacto de futuros brotes.
El director de CEPA también destacó la necesidad de que los países del Mercosur trabajen coordinadamente en un esquema común de zonificación sanitaria, especialmente para enfrentar negociaciones con mercados exigentes como China. “No podemos explicarle al mundo que hay zonificación si ni siquiera entre Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay nos reconocemos compartimentos mutuamente”, señaló. Los avances en esta materia con Brasil son prometedores, y se espera extender el acuerdo a otros países del bloque.
En cuanto al reciente anuncio del gobierno nacional sobre la eliminación temporal de retenciones a las exportaciones de carnes, Sinesi se mostró cauto. Si bien reconoció que la quita del 5 % es positiva, aclaró que la modalidad del decreto —que exige liquidaciones inmediatas en un esquema diseñado para cereales— limita su utilidad para el sector cárnico, que opera con otros tiempos logísticos y comerciales. “No me mueve el amperímetro por 30 días. Quitalas para siempre y ahí sí hablamos de competitividad”, sentenció.
Finalmente, Sinesi advirtió que para que la industria avícola argentina sea competitiva en el exterior, no alcanza con medidas temporales. Se necesita una política activa de promoción de exportaciones, alivio fiscal, mejoras logísticas y mayor eficiencia en trámites. “Argentina produce 2,5 millones de toneladas de pollo al año, y el consumo interno está estancado en 48-50 kg per cápita. El crecimiento tiene que venir por las exportaciones. Si sabemos hacer pollo, hagámoslo mejor”, concluyó.
Con el restablecimiento del estatus sanitario, el sector avícola argentino tiene una nueva oportunidad para posicionarse en el mercado global. Pero como señaló Sinesi, el verdadero desafío no es recuperarse de una crisis, sino estar preparados para que la próxima no vuelva a golpear tan fuerte. Bioseguridad, zonificación, inversión y previsibilidad serán las claves para consolidar un sector que, a pesar de todo, sigue siendo uno de los pilares de la agroindustria nacional.