El fallo de una corte de Estados Unidos dictando el pago de 16.000 millones de dólares por la nacionalización de YPF ha sacudido al sistema político y económico argentino. En diálogo con los periodistas Adalberto Rossi, Patricia Aller y Eugenia Quibel en el programa Cátedra Avícola y Agropecuaria, Gabriel Obrador —Presidente y CEO de Crown Point Energy, además de ex directivo de YPF— explicó el trasfondo histórico, legal y geopolítico de esta disputa, y cómo puede afectar incluso a sectores como el agroindustrial.
En relación con los efectos inmediatos del fallo emitido en Estados Unidos, Obrador sostuvo que “el Gobierno va a apelar, hay que defender los intereses de Argentina”. Aunque aseguró que el equipo legal es sólido, también abrió la puerta a una salida negociada. “Creo que uno de los caminos es el camino de la negociación, una vez ya perdido el juicio en muchas instancias”, comentó el ejecutivo.
El CEO también vinculó esta situación con el potencial productivo del país. YPF, bajo la gestión actual, está liderando una verdadera “revolución en Vaca Muerta”, enfatizó. Según Obrador, el desarrollo de esta formación geológica puede generar un cambio estructural en las exportaciones argentinas: “Apunta a generar una o dos pampas húmedas de exportaciones”. Esta comparación no es trivial; el sector agroindustrial es históricamente el principal generador de divisas del país, y ahora comparte ese protagonismo con los hidrocarburos no convencionales.
La interdependencia entre el desarrollo energético y la agroindustria quedó clara en sus declaraciones. La energía accesible y abundante es un insumo estratégico tanto para la producción agrícola como para su procesamiento industrial, especialmente en la industria avícola, ganadera y porcina, donde la eficiencia energética incide directamente en los costos y en la competitividad internacional. Además, mayores exportaciones de gas y petróleo podrían aliviar la presión fiscal sobre el agro, hoy afectado por retenciones y un tipo de cambio desfavorable.
En un mundo signado por la inestabilidad geopolítica, la seguridad energética se ha vuelto un bien preciado, y Argentina tiene condiciones para abastecer a mercados urgidos por alternativas confiables. “Argentina puede desempeñar un rol muy interesante y que además sirva al interés de los argentinos”, resaltó Obrador, marcando que tanto el oficialismo como la oposición coinciden en la necesidad de aprovechar este recurso estratégico. Desde el campo, esta perspectiva es especialmente relevante: mejores ingresos por exportaciones energéticas pueden significar un nuevo horizonte económico para la Argentina productiva.