Claves para prevenir el “Síndrome de Cabeza Hinchada en aves”.

    Conversamos con el MV Pablo Gambini, de Hipra Salud Animal, acerca del “Síndrome de Cabeza Hinchada”, una patología causada –inicialmente– por un virus respiratorio (TRT), que ocasiona grandes pérdidas en la industria avícola.

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    Según explicó el técnico, el Metapneumovirus Aviar es un virus que “hoy está presentando muchos problemas y está en todo el país. Hay cierto error en el enfoque en algunos casos, donde se trata el problema bacteriano y no el problema viral que lo antecede. Para ello, lo ideal es realizar una vacunación estratégica antes que el virus circule”.

    El Metapneumovirus Aviar es un virus respiratorio que tiene tropismo por las células ciliadas del tracto respiratorio, y del oviducto en el caso de las aves en postura. En general se manifiesta a través de un cuadro de tos o secreciones en las mucosas, pudiendo generar complicaciones que se traducen en aumentos de la mortalidad. “Muchas veces, los clientes ven que hay un cuadro respiratorio, piensan que es bronquitis o Newcastle y no toman este virus en cuenta para el diagnóstico diferencial”, explicó Pablo Gambini de Hipra Salud Animal, quien agregó que “el TRT genera daño en el epitelio respiratorio superior que favorece, una colonización bacteriana secundaria, con un cuadro de cabeza hinchada, donde el animal deja de comer y por ende no produce, pudiendo llegar a la muerte. Por eso es muy importante atacar la causa de base”, subrayó.

    El Metapneumovirus es un agente que causa cuadros clínicos en las aves que van de menor a mayor gravedad, de acuerdo con el grado de interacción de otros agentes patógenos y con la calidad ambiental de los galpones, como así también el estado sanitario de las aves. Todo esto afecta la performance productiva de los animales y deviene en pérdidas económicas para la granja.

    “Esta patología genera sinergimo con otras enfermedades, que afectan el tracto respiratorio superior, como Escherichia Coli, Micoplasma o Coriza Aviar”, indicó Gambini.

    El especialista explicó que “la enfermedad no tiene una sintomatología patognomónica clara, que me indique con claridad la presencia de la enfermedad. Es por esto que nos basamos en tres pilares para llegar a un diagnóstico: en primer lugar, vemos un cuadro compatible que tenemos que considerar; en segunda instancia debe haber afección de la producción; y como último punto, hay que apoyarse en un método complementario que valide la clínica para atribuírselo al metapneumovirus”.

    Para diagnosticarlo, desde Hipra se están haciendo serologías y PCR, “este último hay que hacerlo en una primera etapa de la enfermedad, ya que después el virus abandona el epitelio y pasa vía sangre al oviducto. Si se hace un hisopado en ese momento, es probable que no se detecte”, indicó Gambini.  Y agregó: “con aves de ciclo corto sucede que, cómo tienen poco tiempo de vida, no llegan a generar los anticuerpos post infección, entonces hay que dejarlos 15 o 20 días más luego de los síntomas, para realizar el sangrado”.

    Hoy, la enfermedad está presente prácticamente en todo el país y para prevenirla los expertos recomiendan tratar la problemática de base, solucionar el problema viral. “Lo ideal siempre es incorporar un plan con vacunas vivas e inactivas para aves de ciclo largo, y solo vivas para aves de ciclo corto. Con la vacuna viva actuamos directamente en el epitelio, para que el metapneumovirus presente en el campo no pueda ocupar la mucosa y generar la lesión que desencadene el complejo respiratorio. Por ende, evitamos la posterior colonización bacteriana y, de esa forma, evitamos las pérdidas económicas producto de las mermas en los resultados zootécnicos, y ayudamos en la reducción del uso de antibióticos, tema central en la avicultura moderna, defendiendo el concepto de una sola salud”, concluyó Gambini.

    Escuchá el programa completo aquí

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