La entrevista con el Dr. Jorge Venturino subraya la importancia de la bioseguridad y la vacunación en la avicultura argentina. El brote de Newcastle en Brasil sirve como un recordatorio de la necesidad de estar siempre alertas y preparados. La colaboración entre productores, veterinarios y autoridades sanitarias es crucial para mantener la sanidad aviar y garantizar la producción segura y eficiente de aves en Argentina. La educación y la comunicación efectiva son herramientas esenciales para enfrentar los desafíos sanitarios y desmitificar creencias infundadas sobre la producción aviar.
La noticia del brote de la enfermedad de Newcastle en Brasil ha generado preocupación en el sector avícola argentino. En una entrevista con Adalberto Rossi en el programa “Cátedra Avícola & Agropecuaria”, el Dr. Jorge Venturino, gerente técnico del área de avicultura en Biofarma SA, abordó las implicancias de este brote y la importancia de mantener una estricta bioseguridad en las granjas avícolas.
“La enfermedad de Newcastle es un viejo conocido de la avicultura argentina”, afirmó Venturino. Aunque el virus no ha aparecido en el país desde 1987, su presencia en Brasil resalta la necesidad de estar vigilantes. “No estamos frente a un virus desconocido como la influenza aviar. Este virus prácticamente nació con la avicultura argentina”.
Venturino destacó que la enfermedad de Newcastle es controlable mediante vacunación. “La población de aves en Argentina está parcialmente protegida. Las aves de ciclo de vida largo, como las ponedoras y reproductoras, ya están vacunadas con vacunas vivas e inactivas”. En caso de necesidad, los parrilleros también pueden ser vacunados para aumentar la protección.
El Dr. Venturino subrayó las diferencias entre la enfermedad de Newcastle y la influenza aviar, que también ha afectado a la región. “A diferencia de la influenza, para la cual no hay vacunas disponibles, la vacunación contra Newcastle es una herramienta efectiva. Además, las medidas de bioseguridad implementadas para la influenza también son aplicables para Newcastle”.
“La bioseguridad es la mejor vacuna”, afirmó Venturino. Las medidas de bioseguridad incluyen controles estrictos en las granjas, como la desinfección de vehículos y equipos, y el control de acceso para prevenir la introducción de enfermedades. “No hay necesidad de hacer nada nuevo, las prácticas existentes de bioseguridad son efectivas para ambas enfermedades”.
Venturino enfatizó la importancia de la vigilancia epidemiológica y la rápida respuesta ante cualquier brote. “El SENASA ha demostrado ser efectivo en la contención de brotes anteriores. Los productores deben notificar cualquier anomalía inmediatamente”. Además, instó a los productores a mantener las mejores prácticas de bioseguridad y a vacunar a todas las aves contra Newcastle.
Jerarquía en la Medicina Veterinaria
El Dr. Venturino resaltó el alto nivel de profesionalismo en la medicina veterinaria argentina. “Tenemos grandes expertos en el sector, no solo a nivel nacional sino también internacional. La avicultura es una disciplina que requiere actualización constante debido a los rápidos avances en genética, nutrición y manejo”.
La Creencia en las Hormonas
Un tema recurrente es la creencia de que los pollos son tratados con hormonas. “Es un mito que persiste, incluso entre personas del medio rural”, comentó Venturino. “Aunque la práctica de inyectar hormonas se abandonó en los años 60, sigue siendo un preconcepto arraigado en la sociedad”. Venturino sugirió la necesidad de educar tanto a los consumidores como a los profesionales de la salud para desmitificar esta creencia.
Hepatitis a Cuerpo de Inclusión
La hepatitis a cuerpo de inclusión es otra preocupación en la provincia de Entre Ríos. Venturino instó a los productores a adoptar el descanso necesario para los galpones como una medida efectiva. “La bioseguridad y las medidas sanitarias adecuadas son esenciales para controlar esta enfermedad y minimizar las pérdidas económicas”.