Durante dos intensas jornadas en la ciudad de Santa Rosa, La Pampa, más de 350 jóvenes de distintas provincias argentinas participaron en el Congreso Nacional del Ateneo CRA (Confederaciones Rurales Argentinas), una instancia clave para el fortalecimiento de la dirigencia juvenil ligada al sector agropecuario. Valentino Costamagna, presidente del Ateneo CRA, brindó una visión integral sobre el rol actual de la juventud rural: “Somos una sociedad rural joven, un espacio de formación dirigencial para jóvenes de entre 15 y 30 años donde se preparan líderes para el agro y para la vida comunitaria”, resumió.
El Ateneo CRA se ha convertido en una plataforma de formación y transformación. Costamagna lo explica con claridad: “Formamos dirigentes a la altura de esta época, de esta coyuntura, de estos años que exigen una dirigencia profesionalizada en todos los sentidos”. La apuesta es clara: empoderar a nuevas voces capaces de ocupar espacios de decisión en sociedades rurales, entidades gremiales, gobiernos locales e incluso legislativos, siguiendo el ejemplo de países como Brasil o Estados Unidos, donde los productores son parte activa del entramado político.
A pesar del contexto adverso que muchas veces enfrenta el sector agropecuario argentino, la participación juvenil sigue creciendo. Según Costamagna, hoy cuentan con una base de entre 500 y 600 jóvenes en todo el país, con perfiles cada vez más diversos. “Si bien alrededor del 60 o 70 por ciento tiene vinculación directa con el agro, hay otro porcentaje que se suma por interés o vínculos laborales. Un ejemplo claro es Milagros Correa, nuestra vicepresidenta, que llegó al Ateneo desde el mundo de la comunicación y sin ningún antecedente agropecuario”, explicó.
Un dato destacado del congreso es el crecimiento sostenido de la participación femenina en espacios de liderazgo. “Hoy vemos una imagen totalmente distinta a la de hace cinco o diez años; hay una notable participación de mujeres en los Ateneos y muchas ya ocupan roles clave”, señaló Costamagna. Mencionó como ejemplo a Guadalupe Casares (presidenta del Ateneo Salta), Alejandra Moronta (Valle de Uco), Estefanía Butrón (General Villegas), y a las integrantes de la mesa nacional como Luana Núñez y Francisca Colombo. “El liderazgo femenino está abriéndose paso con fuerza propia”, remarcó.
Más allá del componente sectorial, uno de los principales aportes de estos espacios es la formación personal de los jóvenes. “El Ateneo te da herramientas para la vida. Estoy dando esta nota y hace tres años, si no hubiera sido parte, dudo que tendría la capacidad y la dialéctica para hacerlo”, confesó el dirigente de apenas 22 años. En una era en la que el agro está llamado a integrarse más activamente con la política, la sociedad y la innovación, la preparación de líderes con formación técnica, gremial y humana es esencial.
El Congreso, además, sirvió para fortalecer alianzas regionales como la adhesión de nuevos Ateneos, incluyendo el Ateneo Farrer de Entre Ríos, liderado también por mujeres. “Hoy se empieza a notar la diferencia entre haber hecho Ateneo o no al momento de dar el paso hacia la dirigencia”, aseguró Costamagna, destacando casos concretos como el secretario de Producción de Santa Fe, Ignacio Mantra, o el titular de la Sociedad Rural de Bahía Blanca, Brian Robert, ambos ex-ateneístas. Una generación de jóvenes se está preparando —sin atajos, pero con decisión— para liderar el futuro del agro argentino.