Cabaña Avícola Feller: en la búsqueda de la excelencia

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    Cabaña avícola Feller, del Grupo Motta, cumplió 65 años y lo celebró con un evento en la ciudad de Paraná, Entre Ríos. Héctor Motta, titular de la firma, cuenta cómo transitaron estos años y cuáles son los desafíos a futuro. “Somos la cabaña más antigua del país y transité 58 años llevándola al hombro. Siempre en la búsqueda de mejorar la economía de escala y de la excelencia como factor de producción, de buscar enriquecer a nuestros clientes con conocimiento, sabiduría y el acercamiento de tecnología, ya que entendemos que si nuestro socio estratégico (el cliente) se desarrolla, nos facilita el camino”, subrayó.  Además indicó que “hemos encontrado una gran contraparte, que no disponemos en la Argentina, como el tener una genética de punta. En estos años hemos transitado dos periodos muy importantes en la vida de la cabaña: en primer lugar una asociación estratégica con una empresa franco americana, y en estos último 28 años con Hy-Line International”. En este sentido, el ejecutivo indicó que “el material genético del que disponemos en Argentina es de excelencia y nos permite trabajar día a día y dejar una estela de confort en el usuario de nuestros productos y saber que también pueden tener un respaldo técnico en el producto que están recibiendo. Con este motivo, hicimos un encuentro y trajimos 5 profesionales de Hy- Line de Estados Unidos para que aportaran sus conocimientos de última generación. Tuvimos asistentes de todo el país, más de 300 personas en el seminario que duró todo un dia y que concluimos con un brindis para agasajarlos”, contó.

    Motta resaltó además que “la empresa tiene una herramienta para desarrollarse en la vida, que es la confianza que hemos construido a lo largo de estos años. Si hay confianza, hay crédito, hay credibilidad, hay relaciones y una serie de factores que hacen que el éxito pueda lograrse”.

    Respecto de la historia de la empresa, indicó que “en sus inicios no fue fácil. Fue un esfuerzo matrimonial y familiar, de salir de un pueblo chico y llegar a toda la provincia, en donde la dificultad de la infraestructura a nivel caminos de aquel momento lo hacía muy complejo, lo hacíamos a través del ferrocarril, luego nos animamos a cruzar en balsa hacia Santa Fé, Córdoba y algunos lugares de Bs As y así nos hemos ido extendiendo a medida que la infraestructura vial de nuestro país lo permitía, hasta animarnos a exportar huevo fértil o pollitos BB de un día a distintos países”.

    En cuanto al futuro,  Motta aseguró que “estamos predispuestos a ganarnos el mercado y a tratar de traer el mejor material genético de punta, para poder alcanzar logros especiales. La pauta de eso es que entre nuestros clientes tenemos tres cabañas argentinas que tienen récord mundial de producción y esto nos enorgullece, pero también nos sentimos respaldados por esa casa genética que le da la posibilidad a nuestras empresas productoras argentinas de haber  alcanzado récords productivos en el año 2020 y 2021”.

    En esa misma línea, indicó que “se han alcanzado récords productivos que estaban solo en la imaginación de los genetistas, luego ellos pudieron encontrar respuestas a campo con sus productos y hoy gozamos de esos beneficios. Esto también ocurre paralelamente a  nivel vacuno. Creo que hay un margen para que sigamos trabajando y no descuidemos el alojamiento, que es un factor estratégico en el futuro. Siempre hay cosas para perfeccionar en el manejo. En la genética hay cosas que van a ir mejorando, no sé si con la velocidad que lo vimos en estos últimos años”. Asimismo, señaló que  “el área nutricional es una herramienta de sumo cuidado, pero por sobre todas las cosas quiero destacar que el que no trabaje en cuestiones de bioseguridad, pone en peligro su competitividad para el futuro.  Creo que la quinta pata que se incorpora a la avicultura son los sistemas de bioseguridad, que hacen que la excelencia se pueda alcanzar en el logro de objetivos”.

    En cuanto al legado y al trabajo de la empresa familiar, Motta dijo que “en algún momento mis hijos dudaban de hacer carrera dentro de la empresa, pero hoy es la causa de vida de ellos y seguimos discutiendo sobre la libertad de la tercera generación. Pero yo les estoy demostrando que, de los 6 nietos que tengo, ya hay 2 que están trabajando en la empresa y cumpliendo horarios para que sepan lo que es el rigor del trabajo, el cumplimiento y la dedicación, y que las cosas no son tan fáciles como se las puede contar el padre, la madre o el abuelo, sino que las tiene que vivir, no sin antes formarse para ser los continuadores naturales de eso, este es mi deseo”, resaltó.  “Yo pido el amparo de Dios para que, la actividad en la que estamos, mi familia pueda encontrar el derrotero común y seguir construyendo equipos como lo hemos hecho hasta el momento: con cariño y afecto y buenas remuneraciones para que transiten el camino de la autorrealización de sus vidas”, expresó.

    Vale destacar que Motta recibió hace muy poco el título Doctor Honoris Causa por parte de la Universidad de Salamanca y que es egresado del Máster de Innovación y Desarrollo Emprendedor, de la misma casa de estudios. “He sido y seguiré siendo simplemente Héctor Motta, el resto es dedicación, vocación y servicio”, indicó en diálogo con Cátedra Avícola & Agropecuaria y añadió  “hay una serie de palabras que se pueden conjugar para el logro de objetivos importantes como este. Nosotros nacimos en una villa, como fue Crespo, que tenía menos de 1000 habitantes y hoy es una ciudad, en donde el trabajo es una cuestión diaria para el ciudadano, más allá de las condiciones naturales como armar una familia, practicar una religión y tener a un Dios como norte permanente y practicar la fe. Son herramientas fundamentales para la constitución solida de una comunidad. En ese sentido, en la provincia de Entre Ríos se vive de la misma forma”, señaló.

    El titular del Grupo Motta, dijo de esta manera que  “he tenido una carrera de camino hacia la autorrealización y si puedo facilitar la escalera para su autorrealización para quienes trabajan conmigo día a día, es una obligación ética para mí”. “Sin educación no hay nada. El sueño de Sarmiento está plenamente cumplido hoy. Lo que falta es que retrotaigamos el esfuerzo al plano familiar, para que se entienda que sin educación los chicos no tienen futuro”, resaltó y agradeció muy especialmente al doctor Luciano Filipucio, rector de la Universidad Autonoma de Entre Rios y a todo su personal y alumnado “por apoyar este doctorado Honoris Causa, con el que me hicieron sentir muy bien. La Universidad tiene apenas 22 años de existencia, se desarrolló bajo el gobierno del doctor Montiel y hoy transitan más de 25.000 estudiantes”.

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